lunes, 27 de abril de 2020

LUAH


Juan Ramón Jiménez se acompañó de Platero y yo disfrute de Luah. Qué por el aspecto todo indica que fueron parientes, tal vez primos. Ahora están juntos trotando y corriendo por el infinito universo.
Luah no se diría que era toda de algodón sino de un extraordinario terciopelo y como su primo parecía no tener huesos en el mullidito cuerpo diminuto, seguramente en su interior solo existió alma, corazón y amor a grandes maullidos, aunque hasta en el maullar era discreta y silenciosa.
Sus ojos verdes esmeraldas de esperanza vibrantes, inquietos se bastaban para iluminar la estancia donde ella estuviera.
Si la silbaba venia y se tumbaba a mis pies y entonces dejaba de ser una gatita, pasaba a la fase de alfombra mágica y calentita, en eses instante su ronroneo era tan sutil y relajante como escuchar el mar en una caracola.
Disfrutamos de sus alegrías, también de sus cambios de humor. Todo en ella era luz y llegó a nuestras vidas a iluminarnos y enseñarnos la importancia del calor en el alma y la dulzura del corazón.
Ya no estás pequeña, pero todo lo llenas. Da igual el camino al que me dirija, pues vives en cada momento, me acaricias en cada instante. Que gran gata en ese minúsculo cuerpecito. Ahora estas con ellas tus hermanas las estrellas y subida al lomo de tu primo Platero.


Oda al Móvil e Internet

  Un móvil me has regalado, ¡¡ Cómo mi vida ha cambiado¡¡ De tanto navegar me dieron el carné, en la autopista de la información, sin frenos...