No ates la luna
que suspira en mi ventana, que me tiende su mano tranquila y lejana.
Obsérvala de
cerca y siente su presencia, es algo más que eso, es la ilusión de un verso.
No desandes los
pasos que apasionaron mi alma y la hicieron poderosa porque entonces laceraras su fortaleza y ya
nunca será la misma.
Mírame con la
franqueza que solo tiene la mayor fuerza que es el amor.
No cambies tu
rumbo pero grita despacio si algo cambió.
Se tú mismo,
sincero, de piel entero, no escondas la
emoción.
Cuéntame esos
anhelos que escondes tan dentro de tu corazón e
Intentare que se
realicen sin que el fuego sea batallador.
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