Al otro lado del río, se
abrió la puerta del sueño,
la que caricia mi vida,
la que la llena de cuentos.
Cruzando entre las
piedras enterré malos momentos y agitando
el agua clara sonrió mi
alma sin freno.
Al otro lado del río, no
existe más argumento que la pura sinceridad,
desatando el amor ciego.
Al otro lado del río las
personas son tan solo amor eterno, no hay lugar para ambigüedades solo pervive
el amor pleno.
Al otro lado del río te
espero Amor mío...
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