domingo, 20 de enero de 2019

Hielo


Se sembró el campo con la escarcha helada, lo inundé de flores, pero tú ya no estabas.
Despertaron estrellas en la noche callada, que leyeron mis versos al abrigo del alba.
Ya no mana poesía del delirio del alma, y mi vida se rompe sin poder controlarla.
El corazón se cansa de silenciar la nada, rebosante como está de poesía engalanada.
Se descose el alma, a fuego bordada, pues no halla el ungüento romántico del mañana.


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