29/09/1995 CUADROS
Tarde gris, crepúsculo
cercano
Siento sombras,
nubes en mis manos.
Es la hora
cierta, de brumas y ensayos.
El volver a abrir
la puerta de ese mi más querido mundo lejano.
Mis manos no
deslizan el lápiz desterrado,
pero mi alma
lloraba añorando ese pasado.
En los cuadros
sin nombre se refleja mi rostro humano.
Ya no tengo
conciencia de ese ovalo cerrado,
mas siento ese
peso extraño, el de los otoños dorados…
Me pregunto si es
tristeza o tal vez alegría de haber llegado.
Aquí estoy con mi
corazón abierto en el mundo ignorado.
Comprender que es
alegría aunque tenga ese peso vago.
Despedida de una
etapa, cierre del gentil pasado.
El seguir
viviendo y luchando por lo ansiado.
Sonreír y ser
feliz aunque el cuadro difumine al retratado.
Pensar que lo más
preciado no es el cuadro difuso,
sino la paleta
que los ha difuminado.
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