con la esencia desdoblada, nuevos pliegues en mi alma.
El camino de la vida, que aproxima la
noche estrellada, sopla frio y caliente en el despertar del alba.
Me mostró el abanico del amor en su templanza.
Ya no hay senda ni recoveco para ocultar la
añoranza, la dejé en el silencio detrás de la fuente clara.
Toque el cielo con mi alma y desperté en la noche
clara.
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