Ecos dorados, me indican
la no existencia de momentos vividos, cuya intensidad mi corazón no ha perdido.
Luces sombrías en
las puertas del infierno, aunque no exista, aunque solo sea un sueño.
Sombras iluminadas
con destellos ionizantes, abren ante mí un mundo intrigante.
Realidad efímera en
un universo de estrellas que envolviéndome, logran el goce con ellas.
Fantasía eterna
que puebla mi mente y transforma mi alma en un ser indulgente.
Sueños poblados, arcoíris
luminoso, tiembla el universo ante el poder de lo majestuoso.
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