la
ilusión arrebatada, embestida de sentimientos.
En
la neblina temprana, planté simientes eternos, pero no se
recogió
el fruto de aquel momento.
En
la oscura noche sin luna ni tormentos, despierta
mi
alma con ansias de deseos.
En
las manos perdidas deposité mis versos,
aquellos
que voy sembrando por los campos abiertos.
En
el silencio quieto donde nadan mis anhelos, espera mi
corazón
para que lo siembren de besos.
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