viernes, 24 de noviembre de 2017

Creíste

Creíste en el alma de las cosas, por eso agitaste las piedras preciosas.
Dudaste tranquilo la existencia de los hilos, seguiste a las arañas y entendiste la maraña.
Afirmaste rotundo que no había mar sin rumbo, hasta que un pez embrujado te susurro del otro lado.
Intentaste capturar el olor de las rosas, así las desgranaste hasta palidecer de hermosas.
Pensaste que el alma no era prodigiosa, por ello te visitaron galantes mariposas.
Soñaste que la magia no era ni de los sueños y así te despertaste con la magia de mis recuerdos.

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