El cielo azulado de colores irisados, ya no luce impactante,
perdió la fuerza de antes.
Las risas acumuladas en las cortas madrugadas, se han ido
desvelando y el rastro zigzagueando.
Los suspiros del pecho, que acunaban esplendores, se diluyen
en los vientos, despeinando mil amores.
La magia escondida entre estrellas desvanecidas, ya no roza exuberante
la piel del amante.
El corazón afligido de recuerdos enmohecidos, quiere gritar fortaleza,
más sucumbe a la tristeza.
Los labios enamorados, buscan torrente sanguíneo, para latir
deseosos millones de besos hermosos.
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