En el campo sagrado
de las amapolas, los lirios curiosos las dejaron solas.
Sacuden sus alas de un rojo sangrante, así me recuerdan,
pasiones de antes.
Esparcen semillas a cada momento, como besos robados de un
loco tiempo.
Adornan brillante la estela del cielo, reflejan su luz, como
ojos de fuego.
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