Esos besos que no he dado, en el jardín olvidado, un olivo
han plantado.
Esos besos escondidos, en las caricias del olvido, de todo
lo no vivido.
Esos besos juguetones de repletos en mis renglones, se han
desbordado en los cajones.
Esos besos enfundados, en suspiros despertados, en el alma
se han posado.
Esos besos lujuriosos que inundaron mis ojos, en la tierra
enterrados, de las fuentes han manado.
Esos besos regalados, ni aún así aceptados, en la bruma de
la espuma han terminado.
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