En el instante
callado, en el momento perfecto,
si me dieras un
beso, de esos que crean cuentos,
flotaría en el
aire como un globo contento.
En la pausa perdida,
en los divinos momentos
si me dijeras
palabras hermosas, mi espíritu se haría eterno.
En el preludio de
la noche, en el rincón de los cuerpos
si combinases las
caricias, con flores, con versos, con sencillas
palabras de amor
sincero y tierno.
Mi alma emergería
de ese triste lamento.
Llegó el tiempo
de la vida, del sentimiento eterno.
Ven abrázame
despacio y soñemos nuestros cuerpos…
Bella por dentro, bella por fuera.
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