1990
Al arrancar la
hoja del monótono calendario,
he descubierto tu
mirada, como un haz de luces blancas.
Quién pudiera
parar el tiempo, retroceder a aquel mañana.
Pero la vida se
vuelve como la fría escarcha helada.
Tu tan lejano a
mis besos y tan cerca de mis palabras.
Tal vez nunca ya
te tenga, tal vez no te amé un mañana.
Pero gracias por
tu amor, de segundos, de palabras.
He comprendido mi
amor, que al amor no se renuncia
y estoy dispuesta a ser amada.
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