viernes, 14 de octubre de 2016

Fuente



Cabalgas en el poema que permanece en el Olimpo.
Insinúas luces brillantes en la acacias venideras.
Duermes instalado en la intemporalidad del momento.
Siembras tempestades en el universo etéreo.
Desgranas mi linaje con afán y buen esmero.
Esculpes la dinastía de los hombres venideros.
Instauras la simiente en los hondos sentimientos.
Escribes los poemas y el mundo ensordece por tenerlos.
Amas el movimiento de los astro y otros cuerpos.
Parpadeas el murmullo que se aposenta en el confín de un verso.

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