La brisa que asomaba en el corazón inquieto, paraliza mi mente,
me muestra los reflejos.
Aquellos sentimientos perdidos en el tiempo, que tú ya no
recuerdas, que claman mis silencios.
Incansable dominio del alma sobre el cuerpo, que yace en lo
oculto, que muere por tus besos,
Tierra que penetra en las venas de los tiempos, agarrada al
precipicio, implorando los recuerdos.
Magia inescrutable sobrevenida en sueños, acaricia lo
imposible, desapareciendo en destellos,
Sinfonía sinuosa de deseos innombrables, agita tumultuosa
los renglones de los versos, saltándose la prosa.
Caudal insensato vertiendo a cada rato, las rosas imaginadas
de mi poesía enamorada.
Universo efímero de estrellas rutilantes, acaríciame
siempre, quiero ser tu amante.
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