Mi corazón yace en un campo abierto, creí que era verdad el
mundo del espejo.
Al final sale a flote la verdad sincera, por mucho que uno
quiera taparla con goteras.
No debe de importar, el tiempo todo lo cura, en un largo
despertar, sembrando emociones, respirando mar.
Todas las poesías en busca de ilusiones, despertaron el
mundo de locos corazones.
No importa que aquello que he sembrado, se lo lleve el
viento de aire desatado.
Seré la misma en otra página, en otra historia, no puedo
obligar a nadie a vivir mis memorias.
Siempre ganando, pues los amores de mis versos seguirán destilando.
Me confundiré con las estrellas coloridas y derramaré mi
amor en todas las heridas.
En un instante recorreré el firmamento y todas las hadas me
inspiraran nuevos versos.
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