miércoles, 24 de febrero de 2016

14/02/92

A veces; cuando te miro, me duele el pensamiento,
por pensar cosas extrañas, sin motivo ni fundamento.
Pero te amo tanto amor que ya no soy sino ciego,
y por más que quiera ver se me confunde el cerebro.
¿Por qué te querré tanto? ¡Porque tanto te quiero!...
Aunque no estés a mi lado, te tengo alborotando mi pecho.
Y teniéndote cerca,  siento tu respiración en mi boca muriendo.
Entonces se acaba el mundo, no hay luces, ni deseos,
entonces te pertenezco.
Tal vez en ese instante de mi alma desgarrada,
llegará hasta mis oídos el lamento del mañana.
Moriría simplemente, por no tener tu mano clara.
Para un príncipe azul de una princesa enamorada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Oda al Móvil e Internet

  Un móvil me has regalado, ¡¡ Cómo mi vida ha cambiado¡¡ De tanto navegar me dieron el carné, en la autopista de la información, sin frenos...