lunes, 29 de febrero de 2016

Ángel de la guarda.


Y permaneces aquí, acurrucando mis desvelos.
Me abrazas, me sostienes, me levantas desde el suelo.
Ahora sé por qué llegaste,  ángel de la guarda eterno.
Tan joven en esa edad, tan hombre en los sentimientos.
Gracias mi pequeño héroe por salvarme de mis silencios,

Por tranquilizar mis penas, por ser mi pedazo de cielo…

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