En
los besos que no me diste se ahogaron los lamentos del tiempo.
Abrazos
desperdigados por la tierra no pusieron sombra a mis sentimientos.
El
agitado impulso del corazón desvelo mi profunda inquietud.
La
tempestad convulsa de mis anhelos se dibujo en el vaho de un espejo.
Mi
alma apasionada y necesitada de sueños espera la reacción de los momentos
tiernos.
Es
la luna quien me guía, me desvela y hace de mi amor una profunda hoguera…
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