En
los rincones de la tierra mojada se esconden mis deseos.
A
través del camino transitado dejo pistas para que tu los descubras.
El
sol de la primavera me acuna entre sus rayos amarillos. Llenándome
de
fuerza y energía.
La
respiración jadeante del bosque serena mis alborotados sentidos.
Toco
los árboles, el agua, la tierra, e impregno con mi perfume todo lo
incuestionable
de la divina naturaleza, con la esperanza que tu me exhales.
Aquí
vibro, aquí paseo mi alma deseosa de coloridos sueños.
Aquí
esparzo mi esencia, cubro de huellas imborrables la tierra.
Con
la certeza de que me sientas, que me huelas, que me veas.
Con
la esperanza de que me entiendas y destiles en mi arcoíris
La
fusión de ambas cristalinas almas…
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