Con
la lluvia temprana aleteó
mi corazón sentido.
Con
el latido del tiempo imaginó un mundo perfecto.
En
los sutiles momentos el sueño se hizo eco.
En
la vorágine de sentimientos me abanicó tu
silencio.
Con
el rojo de la sangre se manifestó
mi galopante deseo.
En
el arcoíris de la noche firmé mi destino sin
rumbo.
Mas
el alma luchaba por salir de aquel pecho, le escribi un poema
y se acurrucó en silencio.
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