El
sol del camino vacilante y divino, ilumino mi mirada, para salir de la nada.
El
árbol frondoso susurra florecido, me calma con sus ramas, se hizo amigo mío.
La
brisa templada sopla hacia mi mente con la intención de despejar mi
frente.
El
agua transparente refleja mi silueta, besándome en los labios borra mis
tristezas.
El
tiempo tranquilo me habla en el camino, me pide que retome, que olvide, que
perdone…
Mi
corazón desbordante, lleno de pasión sin freno , dibuja una sonrisa que alegra
mis anhelos.
La
vida que transita en el presente instante, me indica que mi alma es un cielo
delirante.
Aquel
sueño dormido reposando en un rincón, me pide que abra el vuelo,
que
sea de nuevo el Halcón.
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