Las
informes criaturas que salpican mis tormentos, no son sino reflejo del mundo
de
lo etéreo.
Abrí
la angosta ventana sin siquiera yo quererlo, más allí fue donde hallé la
cadena
de mis miedos.
Mi
alma preguntó con sublime sentimiento
¿En qué momento cortaste la unión con el pensamiento?
¿Por
qué no proclamas claro, el arcoíris de luz de tu incandescente argumento?
En
los retales torcidos del pozo de los deseos, se escapa la corta vida, aquella
que lleva dentro.
En
las manos cuarteadas pobladas de secretos, se lanza a la fuga la pasión por lo
eterno.
Mas
no puedo yo volver sobre terreno desierto, pero tampoco renunciar al noble
sentimiento eterno.
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