En la nube de mis ojos con los cuentos como inventos, vivía en
un mundo donde no existe el tormento.
En la nube de mi esperanza con el corazón abierto, soñé con
el romanticismo del verso abierto.
En la nube inexistente llena de ideas confusas me abracé por
el camino a cualquier bella excusa.
En la nube suspirosa con aliento a rosas, me acoplé en su
momento y me meció el viento.
En la nube de mi alma amueblado con amor, solo clama, solo
pide romanticismo de amor…
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