Mi fe en los humanos se me ha ido de las manos, con tantas
divagaciones ¿Qué guardan en los cajones?
Con tanta chifladura aplastaron mi cordura.
Con tanto desasosiego dibujaron nuevos miedos.
Las palabras no pronunciadas se escaparon a la nada y allí
no hay rescatador.
Las intenciones prohibidas, no confesas en la mesa y explotando
al dolor.
La mentira escondida se arrastra sumergida en el pozo del perdón.
El olvido relativo, quebradizo y traidor, de otra época vivida
en el gozo del amor.
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