En
el profundo vacío en el que gravitan los besos, te siento amor mío
en
el instante perfecto.
En
el singular silencio en el que cruzan los sueños, te espero amor mío
por
si quieres cogerlos.
En
la ingrávida presencia del latir del cuerpo, te tiendo la mano para que
entres
de nuevo.
En
el impávido momento en el que surge el deseo, te desnudo el alma
para
construirte por dentro.
En
la sutileza de las formas, en los recónditos ecos, transformamos la vida
en
la luz de los tiempos.
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