Desilusión
nació, en las dudas del momento, en las vagas explicaciones
en
el desliz del pensamiento.
Desilusión
vivió como viven los eternos, en las profundidades de la mente
arrasando
todo lo cierto.
Desilusión
creció de la incomprensión del cuerpo, de las palabras no pronunciadas
o
dichas con desaliento.
Desilusión
consiguió resquebrajar todo el cuerpo, lo físico, lo mental ,batiéndose
en
el infierno.
Desilusión
creyó ganar en el campo abierto, pero ella no contó con la fortaleza
de
mi universo.
Desilusión murió arrastrada por lo
bello, derrotada con honores por un corazón eterno.
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